martes, 7 de febrero de 2012

911, también por mensaje de texto.

Ha sido una muy buena medida -considero-, el adoptar el número de emergencia 911 para nuestro contexto provincial; más allá de ser una idea originada en otras latitudes, valoro el hecho de imitar las acciones positivas, para facilitar la vida de las personas, en este caso de aquellas que se hallan en situaciones de riesgo para sus vidas.

Ahora bien, me pregunto si los funcionarios del área de seguridad de Mendoza y especialistas del sistema TETRA, u otro similar, han pensado en la posibilidad de que el aviso de alerta emitido por una persona en riesgo pueda ser enviado vía mensaje de texto, atendiendo a situaciones extremas en que alzar la voz represente una decisión de vida o muerte para la víctima, o sólo hablar sea un impedimento físico del momento. 

Tal vez, al tipear esos tres dígitos (911), le sea devuelto automáticamente un "ok" desde el sistema, que requiera de una re-marcación por parte del usuario en riesgo, para que, de forma inmediata, comience a rastrearse el equipo móvil, y se envíe a la policía al lugar, descartando los falsos mensajes o errores en la marcación en la primera oportunidad.

Lo anterior, pensando en la dificultad que puede significar para una persona que, en medio de un pre-infarto, infarto, con quebraduras graves, o bien encerrado al resguardo de un robo en curso, pudiera enviar el mensaje, sin costo, claro, para ser asistido por una ambulancia o policías, según corresponda.

Si la posibilidad existe en la actualidad, mis disculpas por el desconocimiento; si no, es una idea más, otra para sumar a combatir la inseguridad.

JFM.-

Ideas propias y básicas para que otros/as imaginen mejor.

Camino a mi trabajo por la mañana en un día cualquiera (suena a La Portuaria, ¿no?)  y desde la ventanilla del micro, pude observar (una vez más), a un auto avanzando sobre la senda peatonal, aguardando -estimo-, el cambio de luces en el semáforo para seguir su camino; claro, poco preocupado el conductor de ese vehículo en que se cometía así una infracción de tránsito, puesto que esas "marcas" blancas en el asfalto, como todos sabemos, corresponden al espacio con el que cuenta un peatón para cruzar seguro la calle por la esquina.

Allí se me ocurrió algo que, seguramente, pasó por la cabeza de otro u otra alguna vez, y es la posibilidad de que se instauren, como una opción más de corrección, autos especialmente destacados en su exterior, es decir, en la pintura o con luces fácilmente observables, que, como medida oficial, tiendan a sancionar las conductas graves, y a advertir aquellas de menor envergadura o que revistan menor riesgo para la comunidad toda. De esa manera, el conductor del vehículo oficial, quizás guiado por inspector de la Dirección de Vías y Medios de Transporte de Mendoza, podrá acompañar el andar normal del tránsito y señalar a otros conductores sus errores o sugerir, en otros casos, un mejor desplazamiento.
Pero, pensé, además, en la necesidad de que el conductor cuente con ayuda, con la colaboración de un compañero, inspector o inspectora, que oriente el andar, que sugiera el movimiento o advertencia hacia otros. Por ejemplo, el vehículo oficial (que llamaré a los fines prácticos de esta lectura: "auto-guía"), se detendrá, como corresponde, antes de la senda peatonal y hará sonar su sirena cuando otro auto avance sobre la misma; en casos especiales, el auto-guía se parará en intersecciones de tránsito complejo o fluido, y observará el respeto de las luces del semáforo o carteles "pare" o "ceda el paso". 

Sin dudas, los funcionarios que conduzcan este vehículo podrán labrar actas de infracción, siendo esos montos los valores esablecidos oficialmente, pero también cargando imágenes (fotografías digitales y videos), que serán subidas semanalmente al sitio de esa repartición pública, para que los medios de comunicaciones puedan difundir y comentar aquellas acciones relevantes, sea por la dureza de la sanción, pero mejor por su valor educativo.

Considero que cinco vehículos, propulsados con GNC, podrían ser, inicialmente, incorporados a las calles de la ciudad de Mendoza durante el año en curso. 

Ahora bien, para sumar a esta idea, se me ocurrió que cada auto-guía , podrá ser transporte de dos personas comunes, es decir, civiles, que, sentados atrás, serán trasladados y preparados para rendir su curso de manejo o conducción, aceptando esas personas ser parte de la capacitación durante dos horas de una mañana, dos veces por semana, o bien por mes, según la necesidad de formación, edad y destino del carnet de conducir.

Así, creo que se formarán ciudadanos más responsables de las normas de tránsito, dentro y fuera del auto-guía, y observarán qué tipo de errores se cometen diariamente, y cómo se sancionan las conductas graves de otros conductores.

Simplemente, una idea para sumar, abierta a todas las críticas.

JFM.-