sábado, 23 de julio de 2011

Man vs. Food (El hombre vs. la comida)

Para quien aún no ha tenido la oportunidad de ver ese programa en la señal Fox Life, le comento que se trata, en breves palabras, de un sujeto, Adam, que desafía -yo considero-, prácticamente a su cuerpo, o al cuerpo humano en general, y recorre restaurantes (elegantes algunos, pero la mayor parte de éstos más bien de mediana envergadura y calidad), junto con casas de comida rápida típicas de cada región en (los) Estados Unidos y deglute platos tradicionales y populares, bajo la mirada atónita de los otros comensales, quienes lo aplauden y animan a terminar porciones que exceden por mucho el tamaño habitual para una persona común.


No puedo negar mi sorpresa cuando veo a ese personaje comer de esa manera, pero tampoco puedo ocultar mi descontento hacia el o los mensajes que -entiendo- se comparten, sin decir, y se relacionan con los problemas que nuestro organismo afronta al digerir, o intentar hacerlo, tamaña cantidad de alimentos. He notado, además, por un lado, que Adam ha engordado de una temporada a la otra, y, por el otro, que las personas, norteamericanos y latinos, alaban sus desafíos y gritan, al estilo clásico de los norteamericanos en pantalla de televisión, y de los latinos que se camuflan entre ellos.

Finalmente, quiero señalar que es un anhelo personal que programas así duren poco, porque creo que estimulan una conducta que perjudica a miles de niños y adolescentes en ese país, y en la Argentina también, y porque se aplaude y felicita en ese "show" a quien logra comer más y más, sin vomitar o desmayarse, siendo menos valorado el hecho de disfrutar de porciones más sanas y recomendadas. Tal vez, el otro programa de esa señal que rescato en esta entrada, es: Dr. Oz, la antítesis del que ahora cuestiono; dos caras de una moneda, nuestro cuerpo y su cuidado; evidentemente, existe audiencia para ambas caras y mi postura se pierda en una nube gris que cubre, habitualmente, todo lo que vemos y oímos: el rating.