jueves, 13 de octubre de 2011

Cortar, o no cortar... That´s the question

Aún me cuesta comprender a Roberto Iglesias, el candidato radical a gobernador, promocionar el corte de boleta en su beneficio electoral, y el de los demás integrantes de la lista, pero sin apoyo manifiesto de su candidato presidencial, sea en los dichos de sus propagandas y hasta en la imagen de la boleta, partida a la mitad y sin imagen definida del lado izquierdo.

Entiendo el objetivo, pero me parece tan peculiar que Iglesias se desprenda de la posibilidad mínima siquiera de mencionar a Ricardo Alfonsín, o de expresar que comparte alguna de sus políticas o propuestas electorales, por disfrazadas que sean en el marco de una campaña política. Tan raro es escuchar que los mendocinos "ya elegimos presidente", descartando cualquier sorpresa, o intentando generarla al menos.

Si las internas demostraron una supremacía del oficialismo, más allá de las razones científicas y pseudo-científicas que luego se propusieron para "explicar" la postura del electorado local y nacional, y parecía que las alianzas eran imprescindibles luego con intención de impulsar la búsqueda de una fórmula de peso para contrarrestar los votos del Cristinismo, ahora resulta -al menos para mí- casi inexplicable que se corte solo un candidato.

Creo que es, la del radicalismo mendocino, una fórmula que caerá; estimo que Francisco Pérez ganará las elecciones por poco margen; creo que el arrastre del oficialismo volverá a ser rotundo en el resultado, en muchas jurisdicciones del país; pero también creo que el candidato que voté en esas internas, Hermes Binner, obtendrá el 23 una proporción mayor de sufragios. Si me equivoco, será parte de mi aprendizaje; espero que otros asuman también sus errores, y los ganadores continúen inaugurando obras importantes y apostando a que es posible crecer y creer en la Argentina. Ojalá contemos con una oposición más digna de ese nombre, y con verdaderos patriotas al momento de jurar sobre la Biblia, porque ni Dios ni los santos evangelios han logrado detener a tiempo a líderes que, en años recientes, entregaron nuestras riquezas en manos de otros y descreyeron de las fortalezas de nuestra gente.

JFM.

190 días de clases en 2012

¡Brindo por la noticia! Me alegra saber que se agregan más días para que los chicos estén adentro de las escuelas, contenidos en éstas, en clases y con posibilidades de aprender y compartir, y hasta de enseñar con su experiencia de vida, pero (porque siempre, o casi generalmente, hay un "pero"), ¿pensaron nuestras autoridades escolares en la necesidad de reforzar el papel del docente en el aula?

Como docente secundario, con casi dos años de experiencia, reconozco que mi vivencia es acotada, y aún así siento que, en el aula, es muy limitada mi autoridad. Podemos discutir largo y tendido acerca de las competencias que generan los temas que abordamos con los chicos en materia de Comunicación social; me "someto" a la discusión y debatimos si son pertinentes esos contenidos en contextos de compleja convivencia; pero mi planteo ahora es otro, y tiene que ver con pedir -con rogar si me permiten-, que nos brinden mayor legitimidad frente a los alumnos.

Rogar que nuestras autoridades educativas provinciales y nacionales, junto con los candidatos a gobernador, inserten, o promuevan la inserción, en la legislación escolar, de herramientas más exitosas para que un docente como yo tenga suficiente autoridad, con respeto y sin avasallamientos, para sacar una netbook, o retirar a un alumno del curso, bien de notificar en el cuaderno de campos referencias de una mala conducta particular, sin tener miedo de que un papá o mamá u otro familiar enojado me aguarde a la salida para agredirme.

La sociedad en su conjunto debe estar segura, confiada y respaldada en y por sus docentes, porque somos muchos los que asistimos puntualmente a las escuelas y quienes nos preocupamos por la salud de esas instituciones tan necesarias en democracia. Los padres deben saber que, junto con ellos, intentamos forjar en los chicos actitudes positivas tendientes a crear valores de amistad, respeto, participación, diálogo, entre otros; también deben saber que precisamos los docentes de su acompañamiento, necesitamos que miren, aunque sea semanalmente, la carpeta de sus hijos; que les pregunten qué problemas tienen y cómo pueden ayudarlos; requerimos que usted, Sr. papá y/o Sra. mamá, exprese verbalmente en el círculo familiar que apoya al docente y que su hijo debe respetarnos, criticarnos en lo que él o ella sienta que debe hacerlo, pero con respeto.
Más días para educar, para escuchar, para contener, para fortalecer la educación pública e igualitaria; más días para intentar crecer juntos; y más días para que los docentes enseñen y aprendan, con chicos predispuestos a dar y recibir, a prestar atención y exigir ser escuchados, pero siempre, siempre, con respeto.

JFM.