martes, 20 de septiembre de 2011

Y ahora quién podrá ayudarnos...

Una charla reciente entre familiares y amigos, en el marco de un encuentro para festejar el cumpleaños de mi novia Andrea, me llevó a preguntarme eso: "y ahora quién podrá ayudarnos", o quién podrá darnos esperanza suficiente para quedarnos en la provincia, y más aún, no irnos y alejarnos definitivamente del país.

Está claro que El Chavo no será; ese lindo personaje que iluminó nuestra infancia (al menos la mía y la de tantos otros que conozco), se quedará en México, y en el corazón de muchos de nosotros, así es que deberemos pensar en otro, algún superhéroe quizás que nos haga recuperar la fe. 

Y digo lo anterior, no tanto por lo que pasa por mi cabeza, por lo que creo, sino más bien por esas voces y opiniones que señalaban el desconcierto  socio-político en el que, presuntamente, nos encontraríamos. Aparentemente, la realidad es tan clara para varias personas que ven el descalabro administrativo en la provincia, en algunas municipalidades también, pero sobre todo en la Argentina. El país con buena gente, como reza el eslógan oficialista, pareciera no colmar la expectativa de gran parte de sus habitantes, concluyo, si realizo una proyección estadística de lo que expresaban esas personas luego de cantar el feliz cumpleaños...

Mendoza proyecta obras y no se terminan; gobernadores inauguran obras que otros empezaron; instituciones pilares de la democracia, como lo son las escuelas, que se caen en pedazos y no se reparan; calles destruidas; políticos in-creíbles; líderes sociales sin basamento ni fundamento ideológico; políticas de vivienda, salud, comercio, inmigración, exportación e importación, intercambio de productos con países vecinos, y la maldita inseguridad, son algunos de los temas en los que es posible asentir, en menor o mayor proporción que las reglas de juego son poco claras, o ineficaces, o inciertas, no sé precisarlo, pero es parte de lo que escuchaba.
Y qué hacer; irnos a San Luis y sucumbir a la vida otrora apacible de Mendoza; imitar el modelo puntano y dejarnos de pavadas; disolver cualquier atisbo de identidad y que otros modelos, estilos y culturas, se apoderen de nuestras tradiciones y vivamos a la manera de otros, porque nuestro modo de hacer las cosas pareciera no conducirnos a nada, o más bien, pareciera conducirnos sólo a la catástrofe.

Son sólo parte de las opiniones de quienes disfrutaron, claro, además, de las risas del cumpleaños; pero nadie discutía sobre la enorme necesidad de efectuar cambios profundos y recuperar el orden (si me leyera Iglesias, cosa que dudo, dada mi escasa o nula popularidad, se alegraría de esas palabras); es bien sabido entre quienes me conocen que dudo de la capacidad de liderazgo y generación de cambios estructurales del radicalismo, cosa que podrían pocos asentir, pero que forma parte de mi opinión, espacio que la democracia protege de cualquier crítica destructiva, creo. Por lo tanto, ese término (recuperar el orden), no es promocional de la campaña radical, sino el núcleo que extraigo de lo que escuché esa noche.

Los líderes políticos, sociales, empresariales deben hacer un esfuerzo mucho mayor del actual; en las comunas, en la provincia y en el país, quienes continúen, debuten, o vuelvan a conducirnos políticamente, deben hacer algo más, mucho más que otorgar beneficios a mansalva, porque así no se construye una nación, y valorar, por encima de todo -entiendo-, la capacidad de ser institucionalmente claros, transparentes, limpios, exigentes en el sacrificio, para que la ayuda social que todos sostenemos, se traduzca en conductas más civilizadas, menos prepotentes y serias.
Mendocinos como mi novia y yo queremos casarnos dentro de poco y vivir en Mendoza, disfrutar de la belleza de nuestra querida República Argentina; pasear, Dios quiera, más adelante, por otros países vecinos, pero volver, porque éste es nuestro lugar, el nido, nuestro hogar, y deseamos enormemente poder caminar tranquilos, compartir la vida con amigos y vecinos, y soñar despiertos. 

A pesar de todo, ¡FELIZ PRIMAVERA PARA TODOS!



JFM.