sábado, 18 de febrero de 2012

Cuando ceder puede ser la clave.

Miles de ciudadanos (niños, jóvenes, adultos y ancianos), componen los grupos de pobladores en localidades de La Rioja y Catamarca, principalmente, que luchan y se defienden de los bastonazos de policías, por una lucha que interpretan como de vida o muerte; una lucha que pretende, en principio y a mi humilde entender, buscar que los discursos oficiales consideren sus reclamos y se escuchen sus posiciones.

A la distancia, a cientos de kilómetros, me encuentro en la ciudad de Mendoza, preguntándome si esta comodidad personal redunda en beneficios para esa lucha o si mis palabras podrán repercutir en el cambio de decisiones respecto de las políticas que se están por tomar ante la "cuestión minera". Y me auto-respondo que NO, que este canal de comunicación meramente alcanza a algunos pocos, a los ojos de mi esposa, claro, mi fiel seguidora, a la mirada rápida de pocos amigos y conocidos, y a la lectura veloz de algún internauta perdido, pero no mucho más allá.

Y aunque esa escasa o nula fama mía frustre mis deseos reprimidos por trascender en las esfera pública con mis pensamientos, sigo insistiendo. Intento avanzar en la búsqueda de la palabra personal y en la expresión de otros, para que la mirada de nuestra realidad pase menos por las noticias enlatadas y construidas por los grandes medios de comunicación, y más por la conformación de pequeñas realidades locales que se co-construyen con el aporte de decenas de personas en la redes sociales, sin censura previa o auto-censura. 

En este sentido, el título de mi entrada en este blog, apunta a preguntarme si la posible solución del conflicto minero en numerosas localidades de nuestro país, pase por ceder y abandonar la lucha en puntuales sitios geográficos, con tal de que podamos constatar luego los beneficios prometidos, producto de los impuestos devenidos de las retenciones a la exportación y la re-distribución de la riqueza, también en la creación de escuelas y avances en la calidad de vida de los pueblos luchadores.

Así, en pocos años, podríamos haber perdido cerros, ríos y llanos, renombrando por ello algunas zonas, re-bautizándolas entonces como: "Ex cerro San Jorge", aquí en Mendoza, en Uspallata. Colocando nueva cartelería a la vera de los caminos, que señalen: "Aquí se encontraba el cerro Famatina", o "Sr. turista, el pueblo de Andalgalá fue trasladado a (...) kilómetros para su seguridad y conservación".

Ceder tierras, lugares preciosos, ríos de montaña, dejando morir fauna y flora típica de la zona, para observar claramente cuáles son, en definitiva, los beneficios reales de la megaminería; ceder y abandonar la lucha, sin cuestionar esos proyectos, para que podamos notar cómo ciertos espacios de nuestra geografía se pierden por siempre para su habitabilidad y productividad agrícola-ganadera, u otra explotación ambientalmente sustentable. 

Claro que el título es irónico; obviamente que apunto con tal presentación de la entrada a fomentar la lucha por la claridad de las políticas; es casi un hecho que hubiera deseado escuchar a nuestra presidenta, Cristina Fernández, manifestar su pena por los pobladores abatidos; es real que quisiera contar con menos mendocinos prejuiciosos en sus formas de juzgar las luchas ajenas, y muchísimo más cuando son locales, y tildar menos de vagos a quienes dan parte de su tiempo libre a la movilización por la libre expresión de una manera de sentir y pensar.

La megaminería existe en nuestro país, con consecuencias aún confusas, dada le limitada cobertura que se brinda al tema desde las ENORMES posibilidades de comunicación que posee este gobierno; la super-explotación sin control tiene un impacto gravísimo sobre las poblaciones, dejando luego desechos tóxicos y espacios desiertos, tal vez más inhóspitos que al momento llegar con las máquinas. Es por eso que nuestras autoridades nos deben un debate serio; los funcionarios del área DEBEN al pueblo toda la información posible, en textos, en estudios científicos avalados por universidades públicas, en imágenes y videos, en visitas de ambientalistas a minas activas y en desuso, al público voluntario que desee ser testigo de la intervención del Estado en la regulación de la actividad.

Sres. funcionarios de Mendoza y de la Argentina actualmente en gestión: nos deben mayor transparencia en la gestión, para que podamos aceptar ceder parte de nuestra lucha ante evidencias concretas de políticas de prevención, control y recuperación de la actividad minera. Comiencen por ahí, con esa transparencia y tendrán a su disposición una población más dispuesta a re-tomar otras luchas por mayor equidad en la redistribución de la riqueza y calidad de vida.

JFM.-

2 comentarios:

  1. Bueno despues de leer esto me quede pensando:
    Yo fui a las marchas en contra de la megamineria del proyecto San jorge ,Crei que estaba aqui en Mendoza (Uspallata para ser mas exacta) y veo que no esta aqui ese lugar .
    Entonces por que proteste yo???
    Naci,me crie y vivo en Mendoza y me cambiaron el mapa??

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  2. Susana, el cerro San Jorge sí se encuentra en Uspallata, Mendoza, como así también aquí se pretendía desarrollar el Proyecto San Jorge. Te dejo el enlace de un estudio muy completo sobre el tema particular. Que estés muy bien.
    http://www.imd.uncu.edu.ar/upload/informe_final_SAN_JORGE_agosto20101.pdf

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